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TUCUMAN: Empresario inescrupuloso se aprovecha de la pandemia y le paga menos a sus docentes

Descacharreo

Un grupo de profesores del Instituto de Educación Física se contactó con La Izquierda Diario para denunciar las condiciones de trabajo y precarización laboral que imperan en la empresa de Juan Rodolfo Egloff, dueño de tres institutos privados subsidiados por el Estado provincial.

Durante la cuarentena las escuelas privadas siguieron funcionando a través de distintos formatos de teletrabajo. A los estudiantes se les siguió cobrando el 100% de la cuota y matrícula. Sin embargo, la pandemia presentó una nueva oportunidad para seguir ajustando el salario de los docentes y haciendo fraude laboral, una práctica que no empezó en marzo sino que viene desde hace años.

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Juan Rodolfo Egloff es el titular del Grupo Egloff Education, controlante del Instituto Superior del Profesorado de Educación Física Norte Argentino (IPEF), un colegio secundario con profesorado en educación física, nutrición y psicomotricidad, en cuatro establecimientos. Además es propietario del Colegio Santo Domingo (de enseñanza religiosa), del Colegio San Fernando (educación primaria y secundaria confesional) y del Instituto George Washington, donde se imparte secundario acelerado y educación del tercer nivel.

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Las cuotas y matrícula que cobran los Egloff no son para nada accesibles. Solamente en el nivel superior, la cuota mensual en el IPEF Norte Argentino ronda los 3000 pesos y la matrícula anual es de 8000 pesos más. Con unos 1300 alumnos aproximadamente, se puede estipular un ingreso mensual de 4 millones de pesos y 10 millones de pesos más por año por el cobro de la matrícula.

Para asegurar sus ingresos, las autoridades del Instituto dieron la orden de no corregir ni hacer devoluciones a los trabajos realizados por los alumnos que no estén al día con el pago de los aranceles (para ello distribuyeron una lista negra de alumnos deudores).

“Ahora los estudiantes nos persiguen a nosotros rogándonos que por favor que les corrijamos. Entramos en un círculo de persecución entre estudiantes y la dirección”, nos comenta un docente del IPEF.

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Sin embargo el sueldo promedio de los docentes están muy por debajo de la media. Mientras que el nivel superior paga la hora cátedras a 2280 pesos, en el IPEF se paga a 1125 pesos. Es decir, la mitad. Con 16 horas cátedras, lo máximo permitido, esto es un sueldo mensual de 18.000 pesos. Pero la mayoría de los docentes tienen 4 o 5 horas cátedras. Además se les adeuda el aguinaldo, y los salarios de enero, febrero y marzo.

Ahora aprovechan la pandemia para rebajar unilateralmente los salarios al 80%, cuando esta actividad se ha mantenido en funcionamiento durante la cuarentena. Este recorte salarial se informó 5 horas después de depositar los sueldos de abril.

“Aprovechando el momento difícil que representa la cuarentena, vulneran nuestros derechos, nos acosan laboralmente, nos exigen más, pero nos pagan menos. Muchos docentes fueron despedidos con la excusa de baja matrícula, se quitaron horas y se corrieron a otros. Sin aviso previo, incluso algunos tuvieron que preguntar qué pasaba ya que seguían trabajando sin saber que habían perdido sus horas”, nos comenta otro docente.

“No nos están realizando los aportes jubilatorios ni a la obra social a pesar de descontarnos esos ítems. No cobramos material didáctico ni capacitación docente. No pagan zona a los que trabajan en Famaillá. No tenemos ART ni se nos permite afiliarnos al gremio. No tenemos licencias por embarazo, maternidad, hasta si nos enfermamos nos hostigan. Existe una notoria violencia institucional hacia el personal docente. Cuando reclamamos respuestas se nos dice que estas son las condiciones y si no nos gusta, podemos irnos”, asegura una profe del instituto.

“Desafiliecé profe, es lo mejor para que usted evite problemas”

Los profes nos cuentan también que el Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) brilla por su ausencia: “Sabemos de casos de profesores que fueron a reclamar a SADOP y que ellos les dicen que es imposible hacer algo porque [la patronal, NdR] tiene contactos, siempre cajonean los expedientes, nunca pagan los juicios. Incluso nos comentaban que a una profe que la apretaron para que se desafilie, SADOP le dijo que les hiciera caso para evitar problemas”.

“Cada tanto va una delegación de la Secretaría de Trabajo a hacer un relevamiento, pero no hacen nada a pesar de que ven que no nos pagan como deberíamos estar cobrando”, nos comenta una profe.

Los docentes del IPEF están empezando a organizarse para poner al descubierto lo que ocurre en estos establecimientos y para unirse ante la perspectiva de despidos y recortes salariales en una situación tan compleja. Cuando las patronales atacan, lo mejor es estar organizados.

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