La provincia es el principal exportador mundial de derivados industriales del limón (aceites esenciales, cáscaras y jugos concentrados), y un importante exportador mundial de limón fresco. Apenas el 8% de la producción de limones se vuelca al mercado interno. El 75% va a la industria para su procesamiento y exportación. Es decir que las empresas del citrus reciben la mayor parte de sus ingresos en dólares, mientras que sus costos están pesificados y devaluados.
El agrio negocio del limón se concentra en una pocas empresas de capitales nacionales y extranjeros. Apenas cinco grandes jugadores (San Miguel, Citrusvil, Citromax, Trapani y Argentilemon) concentran casi el 70% de las exportaciones, señala un informe.
Empresas como SA San Miguel, cuyos directivos fueron procesados en 2017 por trata de personas con fines de explotación laboral en condiciones infrahumanas, amasaron ganancias incluso en el año de la pandemia. De acuerdo a sus estados contables, la empresa tuvo ingresos por más de 17.300 millones de pesos. Es decir 47 millones de pesos por día.De los Estados Contables de la empresa surge también que en poco más de 10 días de ingresos le pagó el sueldo anual a todos los trabajadores que la empresa emplea en la cosecha.
Pero la concentración del negocio también alcanza a la propiedad de la tierra. De acuerdo a la poca información disponible sobre propiedad de la tierra, estas 5 empresas concentran cerca del 40% de la tierra cultivada con limón. Existen también otros importantes terratenientes, como Pablo Padilla SA, presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (ACNOA), cámara patronal que define junto a la Uatre las paritarias del sector limonero.
Se estima que el complejo limonero emplea a unos 44.000 trabajadores en forma directa. La inmensa mayoría son trabajadores temporarios de las cosechas.
La forma en que viven y trabajan se expone en un reciente informe difundido en las redes sociales:
