Pasaron cuatro décadas y el autocine tiene su regreso de gloria en Tucumán, aunque sea con el gusto amargo de que se concrete en medio de una emergencia sanitaria y no como una propuesta genuinamente artística.
Sólo los memoriosos recordarán las noches en el Monumental (con entrada a metros de la esquina de las avenidas Ejército del Norte y Mate de Luna), sentados en los vehículos y con una gran pantalla de 12 metros de alto por 24 metros de ancho que se anunciaba como la más grande de América del Sur. El espacio tuvo vida entre 1954 y 1979 y luego una breve reapertura a principios de este siglo, pero con mesas y sillas al aire libre, ya sin autos en el interior (durante su esplendor hubo noches en que también funcionó de esa manera).
Hoy, la experiencia se recreará en el predio de Mariano Moreno y Las Higueritas, al lado de la Casa de la Cultura de Yerba Buena, con entradas agotadas para las dos funciones previstas: a las 19 y a las 22. Quienes ya hayan conseguido sus localidades (sólo ellos) deben llegar con buen tiempo de anticipación, ya que serán sometidos a controles sanitarios y los autos serán ubicados especialmente. Los conocedores del tema advierten que no conviene ir en camionetas de gran porte: para que no molesten por su tamaño suelen ser ubicadas al fondo. Mientras más chico el vehículo, mejor lugar. El acceso será por el pasaje Beethoven y estará habilitado desde las 17.30 para el primer turno.
En el lugar se encontrarán con sanitarios, una carpa de salud, atención de personal municipal y tres foodtrucks, autorizados a vender comidas y bebidas por internet (cada uno pagará un canon de $1.500, a beneficio del Centro de Salud Ramón Carrillo). Es decir que nadie podrá bajarse del vehículo para la compra, sino que la deberá encargar por las redes sociales y se la llevará hasta donde estén instalados. Sólo podrán concurrir quienes vivan en el domicilio indicado en el DNI, que deberán llevar para que se corrobore identidad y lugar y usando barbijo al ingreso. El audio de la película llegará por señal de FM.
La programación será doble. Comenzará con el cortometraje argentino de 17 minutos “El inicio de Fabrizio”, estrenado en 2015 y sobre el amor adolescente entre Fabrizio y Nadia. El filme, escrito y dirigido por Mariano Biasín, está protagonizado por Lucas Aranda y Renata Villanueva, y fue nominado al Cóndor de Plata.
Luego se proyectará la producción tucumana “El motoarrebatador”, drama dirigido por Agustín Toscano y con Sergio Prina, Liliana Juárez, Daniel Elías y Camila Plaate en el elenco. El filme se vio en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes; y ganó el premio Sur a la mejor ópera prima, el Gerardo Vallejo a película latinoamericana y diversas estatuillas en Chile, Japón, San Sebastián (España) y Perú, entre otros certámenes.
“La experiencia del autocine es un ejemplo más de la situación que vivimos como humanidad. Nos impulsa a reformatearnos y a tomar decisiones que antes parecían impensadas. Es saludable aunque suene paradójico”, reconoce el director de Cultura del municipio, Fernando De la Orden.
El funcionario destaca que el proyecto fue un gran desafío y llevó mucho tiempo concretarlo. “Como ente público tenemos el compromiso de hacer las cosas mucho más que bien y de manera responsable. Lograr las autorizaciones pertinentes del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y de los productores o directores de las películas fue un trámite inevitable para realizar la actividad correctamente. El desafío hoy y para el futuro es seguir abriendo oportunidades artísticas para nuestros actores culturales, con el compromiso de llegar a los vecinos con sus producciones y con los protocolos de salud que nos rigen”, agregó.
Trabas burocráticas: demoras en otros proyectos
Por el momento, sólo el autocine de Yerba Buena comenzará a funcionar, pese a que el Comité Operativo de Emergencia aprobó otras tres iniciativas similares, en el complejo Keké de Tafí Viejo, el hipódromo y la feria de Simoca. Superada la habilitación provincial, los proyectos se topan con problemas relacionados con la distribución de películas. Las empresas encargadas de este rubro no autorizan la proyección de filmes taquilleros de otros años (no está previsto estreno alguno en lo inmediato) a la espera de que se reabran las salas comerciales, aunque para ello falte aún entre tres y cuatro meses. La opción es recurrir al Incaa para que provea de producciones argentinas, pero las gestiones iniciadas se han topado con trabas y demoras burocráticas en las respuestas. Sólo Yerba Buena logró superar ese escollo.
