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Analizan en qué lugar de Yerba Buena construir un parque

Campero y el vicerrector de la UNT charlaron sobre la alternativa de usar terrenos de esa institución educativa en el Camino de Sirga.

CAMINO DE SIRGA. Acceso al predio que posee la UNT junto al canal. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.-
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En 1980, Yerba Buena tenía unos 20.000 habitantes. En 1995, eran más del doble: 45.000. Para 2001, había unas 60.000 personas. En 2010, los pobladores llegaban a 75.000. Pese a que no ha habido otro censo, se calcula que los yerbabuenenses serían ahora entre 100.000 y 120.000. Pero ese desarrollo urbano no ha estado acompañado de la suficiente infraestructura pública, como redes viales o servicios de agua potable. Tampoco ha habido infraestructura verde pública. Al menos, no la adecuada en función de la demanda: cada fin de semana, cientos de personas, principalmente de otros municipios, invaden la ciudad para disfrutar del placer de sentarse en el pasto o de estar en contacto con la naturaleza.

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Es habitual ver gente en las platabandas de la avenida Perón; en las rotondas situadas al pie del cerro, en la Reserva y Jardín Botánico de Horco Molle y hasta en el predio de la esquina de Perón y Bascary. Una peculiaridad es que estas tierras son privadas. No obstante, los jóvenes las aprovechan para reunirse a escuchar música y los padres para pasear a sus niños. Esto ha obligado a las autoridades a gestionar cuestiones relacionadas con la seguridad y la limpieza. Y los ha llevado a plantearse -también- la necesidad de un parque público. “Constituye nuestro desafío”, contesta el intendente Mariano Campero, cuando se le consulta al respecto.

Pavimentación
PERÓN Y BASCARY. Todos los fines de semana, cientos de personas se instalan en un predio privado. la gaceta / foto de Analía Jaramillo

Y como para darle veracidad a sus dichos, cuenta que el miércoles, por la mañana, compartió un café con el vicerrector de la Universidad Nacional de Tucumán, el ingeniero Sergio Pagani. Charlaron sobre la posibilidad de conjugar hectáreas dedicadas a la biodiversidad con espacios recreativos. “Desde el Municipio quisiéramos hacer un parque en el Camino de Sirga”, sintetiza Campero. En concreto, dice que el paseo público que imagina podría desarrollarse en el predio que esa institución educativa posee al sur del municipio, entre el canal y las calles San Luis, Federico Rossi y Martín Fierro.

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El planteo de Campero tiene un antecedente: a mediados del año pasado, el concejal Javier Jantus había elaborado un proyecto de ordenanza en el que solicitaba la cesión de esas parcelas. “Tendrán como destino inmodificable la implementación de un parque”, afirma. Aunque la iniciativa nunca fue llevada al recinto, tuvo dos firmas más (Rodolfo Aranda y José Macome, allegados al intendente). “En ese lugar se siembra caña de azúcar. Con la reciente habilitación de la nueva mano del Camino de Sirga, el ingreso de máquinas agrícolas se ha vuelto inconveniente y peligroso. Ha dejado de ser una zona rural y se ha convertido en urbana”, razona Jantus.

No obstante, Pagani se muestra escéptico: “en este momento, eso no podrá ser. Esos terrenos han sido adquiridos por la Universidad con un fin específico. Funcionan como campos experimentales de la facultad de Agronomía y Zootecnia. Coincido en la necesidad de espacios verdes públicos, pero no podemos cambiar el destino de ese predio”.

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Sin embargo, en los confines de Yerba Buena palpitan otras opciones: los gobernantes exploran alternativas al norte de la avenida Perón, hasta la jurisdicción de Cevil Redondo. “En esta segunda gestión, la inversión apuntará al mejoramiento de los espacios públicos. Queremos espacios verdes vivibles y seguros. Nos faltan los recursos. Pero si coordinamos con privados, podríamos abrir puertas”, añade Campero.

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El concejal peronista Héctor Aguirre, en cambio, considera más atinado recuperar La Hoya, un predio de nueve hectáreas que desde 1984 se encuentra en manos del Gobierno provincial. Desde su óptica, esa gestión es una materia pendiente. “Campero tendría que fijarse ese objetivo. Ocuparse de su aprovechamiento y revalorización”, insta.

Numerosos estudios han probado que la ecología y las infraestructuras verdes son elementos importantes en la salud de las personas, tanto física como mental. Además, los espacios verdes en las ciudades ayudan a reducir la contaminación del aire y los niveles de temperatura y ruido. Y también hay razones económicas entre los beneficios: los barrios con más espacios verdes aumentan su valor de venta de las propiedades.

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