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De Tucumán a Río de Janeiro: viajaron 52 horas para poder alentar a Boca en la final de la Libertadores

Los integrantes de la peña Alfredo “Tanque” Rojas salieron desde la provincia a Brasil para estar en la gran final de mañana ante el “Flu”.

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Foto gentileza peña Alfredo “Tanque” Rojas
Descacharreo

La invasión “xeneize” a Río de Janeiro es una realidad. Luego de que Boca eliminó a Palmeiras por penales, los fanáticos empezaron a hacer números para poder viajar a tierras brasileñas y estar presentes en la final de la Copa Libertadores ante Fluminense. Tan grande es la obsesión por ganar la séptima y romper la racha de 16 años sin conquistar el certamen continental, que desde distintos puntos del país viajaron una gran cantidad de hinchas con el fin de vivir una jornada inolvidable. En ese sentido, la peña oficial del club “Alfredo ‘Tanque’ Rojas” partió en ómnibus rumbo a Brasil con 42 tucumanos y a pesar de  que el periplo duró 52 horas, no faltaron las sonrisas y el buen ánimo.

“Apenas terminó el partido de la semifinal con Palmeiras nos pusimos a gestionar el viaje. Somos 42 tucumanos que vinimos a Río de Janeiro. Salimos el lunes a las 17 y llegamos el miércoles por la noche. Estamos contentos a pesar de que fue un viaje cansador. Por suerte, pasamos migraciones sin problemas. Sé que ahora hay demoras de más de ocho horas para pasar”, le dijo a LA GACETA Emiliano Fresia.

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El presidente de la peña oficial  que tiene el “xeneize” en Tucumán viajó acompañado de una gran cantidad de fanáticos, entre ellos, cuatro de sus cinco hermanos: BlasPatricioMartín Valentín. La única que se quedó en capital fue Luisina, por cuestiones laborales.

Movilidad Urbana

“Fue tan largo el recorrido, que veníamos a puro mate, cantando, viendo películas y sobre todo, con mucho sueño. Pasó de todo”, explicó Fresia sobre el recorrido que tuvo su demora en San Pablo. “Estaba muy transitado y eso, nos demoró bastante”, agregó.

Además de Emiliano y su familia, también cruzaron la frontera, el delantero de Ñuñorco Sebastián LunaEdmundo Arroyo y Adrián Jiménez, entre otros.

En su segundo día en tierras brasileñas y a pocas horas de la gran final con el “tricolor”, los tucumanos disfrutaron de la playa de Copacabana, de un rico almuerzo y de la visita obligada al Cristo Redentor. Claro, de fondo, se podía escuchar cantar a la gran cantidad de hinchas del club de La Ribera que coparon Brasil.

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“Desde chico me hicieron hincha de Boca y después tuve la suerte de ser socio adherente. Con el tiempo, pase a ser activo y logre ir a varios partidos en La Bombonera. Ser hincha de este club es algo inexplicable, es una pasión que no te la puedo describir con palabras. Hay mucha ansiedad por la final”, dijo Luna (31 años). “Esta pasión nació por mi papá y ahora le transmití el amor por los colores a mi hija Zoe. Boca se volvió parte de mi vida. Esta será la segunda vez que viajo fuera del país, ya había estado en Paraguay para ver el partido ante Libertad”, agregó “Kiki” Arroyo (49 años).

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Si bien todo es alegría y descontrol en las playas de Brasil, no fue nada sencillo llegar hasta ahí, sobre todo, por la devaluación del peso argentino.  “Imagínate lo difícil que era programarlo porque no sabíamos qué iba a pasar en las elecciones, entonces tuvimos hasta último momento para confirmar el ómnibus. Además, teníamos que esperar el tema de las entradas. Al ser una peña oficial, hubo muchos pedidos de los socios. Gracias al departamento de las peñas de todo el país, pudimos conseguir”, explicó Fresia, que tuvo la posibilidad de estar presente en las finales de 2001, 2003 y 2018.

Así como el organizador del viaje tuvo sus peripecias para ver a los dirigidos por Jorge Almirón, Luna, Arroyo y Jiménez también pasaron por una situación similar.

“Tenía un poco de ahorros y mi mamá Charo, también me ayudó con el dinero que faltaba. En parte tengo que agradecerle a ella y a Dios, por estar acá. No estoy con grandes lujos, pero estamos bien”, dijo Luna. “Es un esfuerzo muy grande venir. Estoy muy agradecido a mis hermanas y sobrinos que me colaboraron para poder viajar. Es la primera vez que vengo a Brasil”, agregó Arroyo, que cuando puede se acerca al estadio “Las Palmeras” para alentar a su otra pasión, Bella Vista. “Todos sabemos en la situación en la que se encuentra el país y somos conscientes de que salir de la Argentina cuesta mucho. Es un esfuerzo bastante grande”, advirtió Jiménez.

Mientras la peña del “Tanque” Rojas partía a Brasil, en los medios de comunicación las imágenes que se difundían generaban temor. La parcialidad de Fluminense prometía hacerle sentir el rigor a los visitantes.

“Hay que tener precauciones como en todos lados, pero exageran un poco. Lo cierto es que es increíble cómo viven el fútbol acá en Brasil, en cada esquina hay un bar y uno tiene un TV enorme. Están los hinchas ahí viendo los partidos. Son muy pasionales”, explicó Luna.

“No conocía Brasil y la verdad que es más ‘bostero’ que cualquiera. Los brasileños te gritan por Boca, imagínate que el muchacho que nos llevó al Cristo Redentor, se compró la camiseta de Boca en uno de los puestos y se la puso. Nos dijo que se quiere ir con nosotros a Argentina. Al ‘xeneize’ le tienen mucho respeto y hasta un gran cariño en este país”, sostuvo Jiménez (34 años), quién se desempeña como gerente comercial.

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Entre dos colores

A pesar de su incondicional amor hacia Boca, Sebastián Luna defiende la camiseta de Nuñorco en la Liga Tucumana. El conjunto monterizo lleva una banda roja en su indumentaria, justamente como el máximo rival del “xeneize”.

“La gente que venía viajando conmigo me cargaba. Sin embargo, les conté que cuando marcó un gol con la camiseta de Ñuñorco me beso hasta el escudo. Los que son mis amigos, ya están acostumbrados a mis dos pasiones”, aseguró el delantero de 31 años. 

“Mis compañeros jugaron el martes y por una serie de resultados, quedaron eliminados. Es una pena porque veníamos entrenando bien. Nos falta un poco de suerte para pasar a la final”, agregó el jugador del “tigre”, que esta vez, alentará a Boca que irá por la ansieda séptima Libertadores.

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