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Mediocres y parasitarios: La casta de empresarios del transporte de colectivos amenaza a la sociedad

Por medio de UTA funcionales a ellos, tratan de aterrorizar a los tucumanos al tiempo que siguen sin hacerse cargo de sus malos manejos

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Septiembre del 2022: dialogando con medios locales, el empresario y vicepresidente de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (AETAT), Jorge Berretta, sostiene que hay dirigentes que se plantean dejar la actividad del transporte. “Siempre está en el análisis, estamos en una situación muy difícil”, expresó. Septiembre del 2023: la realidad es que un año después nada cambió.

Y es que no sólo Jorge Berretta sigue al frente de AETAT, sino que, además, continúa llorando lágrimas de cocodrilo tan falas como besito de suegra de acuerdo a la canción del extinto cantante de cumbia “El Monstruo” Sebastián. Sucede que tiene la osadía de intentar hacerle creer a la sociedad que no es negocio tener una empresa de colectivos cuando es por escándalo el principal medio de transporte en el país.

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En ese marco, cabe recordar que los poco más de veinte empresarios locales del transporte intentar instalar la versión de que los subsidios nacionales y el boleto que pagamos los tucumanos, “el 3° más caro del país”, no es suficiente para mantener una empresa. Es decir, nos quieren hacer creer que el transporte es un negocio deficitario. Todo el tiempo juegan el papel de víctimas con la situación actual.

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En esa línea, justamente en el último día hábil de la semana que se fue para jamás volver, Berretta intentó hacer terrorismo mediático al “atentar” contra la paz social al decir que “en estas condiciones, la semana que viene se termina el transporte”. Como si esto fuera poco, tuvo la desvergüenza de señalar que, de no haber respuesta del Gobierno, habrá quite de colaboración el lunes por parte de los trabajadores del sector.

Es decir, no sólo se expresó de manera maliciosa, sino que sigue sin hacerse cargo de la mediocridad de los empresarios que sólo atinan a echar culpas ajenas como si no fueran ellos los dueños de líneas de colectivos a diario ganan fortunas que se acreditan de inmediato por medio de las tarjetas Ciudadana y Metropolitana. En cambio, decidieron culpar al Gobierno provincial.

Para colmo, el muy descarado resaltó que las empresas están “imposibilitadas económica y financieramente para afrontar los reajustes de abril y de mayo y el bono”. “Y digo más, (tampoco podemos pagar) los salarios que vencen el cuarto día hábil (de octubre)”, advirtió Jorge Berretta haciéndole honor a su apellido. Para colmo, como reza el dicho popular, éramos muchos y parió la abuela.

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Esto se debe al hecho de que a partir de estas demoras en los pagos es que la siempre funcional Unión Tranviarios del Automotor (UTA) convocó nuevamente a un quite de colaboración dispuesto para el lunes, que se haría durante dos horas por la mañana (9 a 11) y dos horas por la tarde (15 a 17). A esta altura, lo cierto es que la runfla de dirigentes del transporte se convirtió en el brazo armado de los empresarios.

Y es que dicen enfrentarlos cuando, en realidad, lo único que consiguen hacer es convertirse en la pistola que se coloca en la cabeza de los tucumanos sin siquiera cuestionar a los empresarios que serían quienes motorizarían desde las sombras el accionar de los gremialistas. Sin embargo, los sindicalistas deberían entender que sólo están siendo utilizados para que los mismos de siempre continúen parasitando el transporte.

No en vano, los empresarios les juegan sucio a los sindicalistas cuando en la semana que se esfumó para jamás retornar, dejaron trascender a la prensa que les estarían reclamando, en primer término, una asignación no remunerativa en dos cuotas de 40 mil pesos y un incremento proporcional para cobrar $452.480 mil en octubre, $506.778 en noviembre y $567.592 en diciembre.

De esta manera, queda demostrado que los empresarios les juegan sucio a los sindicalistas. Para que quede en claro: los choferes quieren en octubre un básico de $452.800 mil más $62.552 mil de viáticos. Es decir que un chofer quiere cobrar de básico más de $500.000 pesos en octubre, en noviembre con los viáticos llegaría a los $600.000 y en diciembre $567.000 más $78.000 de viáticos, dejaron trascender los empresarios parasitarios.

¿Seguirán los gremialistas sin enfrentar a sus verdaderos enemigos? Los empresarios mienten cuando asustan a los trabajadores al señalar que serán ellos los que perderán los puestos de trabajo en caso de que desde el Estado les saquen las concesiones. Sin embargo, esto no es más que una burda mentira debido a que la ley es clara al respecto: los choferes de colectivos pasarán automáticamente a la otra empresa que se haga cargo de los recorridos.

Ahora bien, cabe recordar que quien oficia de vocero de Aetat y asegura no tener dinero para pagar los salarios, es uno de los empresarios más importantes del sector. Junto a su hermano, Hernán José Berretta, tienen participación directa en 8 empresas de transporte de pasajeros y más de 14 líneas. Es decir, más monopólico no se consigue, pero aun así insiste en que no le alcanza la plata.

En ese sentido, basta recordar que tienen participación en La Nueva Fournier SRL (líneas 118, 121, 122, 131), Tandilense SRL (123, 125, 129, 141, 214), Leagas SRL (10, 110, 142), El Portezuelo UTE (118), Rayo Bus UTE (131), Autobuses Santa Fe SRL (10, 110), El Bicentenario SRL (campo) y Los Porteños SRL, sociedad que tiene por objeto el transporte y la venta de repuestos automotores.

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En definitiva, lo cierto es que, siempre de acuerdo a la información pública disponible, por La Nueva Fournier, Leagas, y Tandilense SRL, Jorge Berretta recibió en 2018 cerca de 250 millones de pesos, concentrando el 10% de la masa total de los subsidios. Los 5 empresarios más importantes concentraban en ese entonces, más de la mitad de los subsidios que ingresaban por la Nación.

Además, Jorge Berretta preside y posee participación accionaria en Metropolitana SA, una sociedad conformada por las principales empresas de transporte para la administración y control de la facturación por venta de pasajes en la provincia. Una privatización sin tapujos del control de la recaudación, concedida en 2014 por el gobierno de Alperovich y sostenida hasta fecha.

Los mecanismos de fraude laboral son variados, desde el empleo de trabajadores en negro muchos de los cuales fueron despedidos al comienzo de la pandemia -sólo en La Nueva Fournier hubo 20 despidos de choferes, trabajadores de los talleres y limpieza que estaban en negro-, el pago en negro de horas extras y feriados, hasta la retención en el pago de las cargas sociales y aportes patronales a pesar de su descuento.

El mismo modus operandi se aplica en La Nueva Fournier y Leagas. Pero también los trabajadores denuncian persecución y amedrentamiento por parte de la patronal. Suspensiones e informes para manchar el legajo de quienes participan de las movilizaciones autoconvocadas y de los trabajadores con menor antigüedad preparando las condiciones para el despido “con causa”, aunque sean inventadas. Esto sucede en numerosas empresas y en forma simultánea.

Tal como consta en los registros de la AFIP, la totalidad de los choferes y empleados administrativos, las empresas de Jorge Berretta tienen suspendido el pago de estas cargas sociales. Esas cargas son retenidas de los sueldos que Berretta paga con subsidios, pero van a parar a su propio bolsillo. Eso implica para los trabajadores la interrupción de la obra social o el desfinanciamiento de la mutual de los choferes a instancias de la Comisión Directiva de la UTA.

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En el año 2021, los directivos de La Nueva Fournier SRL volvieron a solicitar la apertura de un “concurso preventivo” de acreedores para renegociar sus deudas. Ya lo hicieron en años anteriores. Es el paso anterior al pedido de quiebra y un mecanismo de fraude mediante el cual las patronales cambian de razón social para seguir explotando las mismas unidades y recorridos. Berbus SRL era la sociedad que explotaba la línea 118.

Itilico SRL la que explotaba la línea 131. Ambas fueron a la quiebra, para luego cambiar de razón social (El Portezuelo UTE y Rayo Bus UTE). En el caso de La Nueva Fournier, lejos de deberle “al carnicero, al almacenero, etc” como sostiene públicamente Berretta en alusión a los proveedores de insumos del transporte, los principales acreedores del concurso son el Estado nacional y provincial, a los que debe cerca de 62 millones de pesos de impuestos.

El concurso preventivo está orientado centralmente a negociar esa deuda, y por esta razón en cada aparición pública plantea que una de las demandas del sector es la disminución de la carga impositiva para el sector. Sin embargo, las cosas no parecen ir tan mal para los Berretta ya que, en plena pandemia, armó dos fideicomisos (Fibus y La Nueva Era) para la “adquisición de ómnibus modernos para renovar el parque móvil automotor”.

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En definitiva, lo cierto es que el transporte público de pasajeros en Tucumán está altamente concentrado en manos de un puñado de empresarios, la mayoría de ellos ocupa cargos directivos en la Aetat. De acuerdo al testimonio de los trabajadores del sector, este organismo concede “préstamos” a las empresas más chicas, que igualmente reciben subsidios y estafan a los trabajadores.

Aunque se encolumnen bajo las mismas demandas e intereses, entre los propios empresarios existe una relación asimétrica. A río revuelto, ganancia de los grandes empresarios. Es el caso de Tucumán Santiago SRL (línea 18), de Roberto Villalba, quien regularmente se endeuda con la Aetat y a pesar de recibir subsidios todos los meses, debe salarios desde octubre del año 2020. Por entonces, mantenían una deuda promedio de 150.000 pesos por chofer.

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Y ahora resulta que vemos nuevamente al vocero de la AETAT asegurar que “el transporte público puede desaparecer”, veremos a los empresarios coordinarse para suspender en forma simultánea el pago de los salarios a la totalidad de los choferes, puedan o no pagarlo, y los veremos también reclamando un fuerte aumento de tarifas como tema prioritario para el inicio de las sesiones legislativas.

El ajuste a los bolsillos que dispusieron tanto el gobierno nacional, como el provincial siguiendo sus pasos, habilita los tarifazos en los servicios públicos privatizados, como lo estamos viendo en el caso de las naftas y en la electricidad. La unidad de trabajadores y usuarios es una tarea de primer orden para enfrentar el chantaje de estas patronales que hacen de un servicio público una fuente de ganancias y fraudes millonarios.

Y esto sucede mientras hacen la vista gorda organismos como la Secretaría de Defensa del Consumidor y el Ministerio de Transporte local, tal y como lo señaló Tucumán Despierta en la semana que se terminó para nunca retornar. ¿Y qué decir de otro enajenado y cómplice de la casta empresaria como es el caso de Germán Alfaro? Su amparo para con los empresarios quedó al descubierto.

Y es que Rossana Chahla le pidió un detalle al intendente saliente sobre: cantidad de unidades por línea, estado actual de la concesión, recorrido, años de antigüedad, dominio, capacidad; y si la unidad cuenta con GPS, aire acondicionado, rampa para discapacitados y validadoras. Sin embargo, la respuesta de Alfaro fue hacerse el tonto ya que no quiere quedar expuesto como lo que es: un cómplice de la nefasta situación del transporte de colectivos.

Justamente, una lamentable situación en la que, por ejemplo, varios choferes que fueron despedidos por una protesta realizada en julio pasado. Uno de ellos, Franco Vargas, de la empresa La Nueva Fournier y chofer de la línea 118, dialogó con Oscar Mazza y Gabriel Sanzano en La Tucumana de Mañana. Según contó Vargas, los choferes fueron despedidos por una protesta del 6 de julio pasado.

“Ese día llevaba vencido el aguinaldo, ya seis días de vencimiento, y era el cuarto día hábil del mes. UTA (Unión Tranviarios Automotor) declaró el paro para que se pague el sueldo (se refiere al paro del fin de semana del 9 de Julio). Hicimos una atención de tareas el jueves. Yo llegué tarde a la asamblea, pero lo mismo me apuntaron a mí. Hubo 15 compañeros echados, que pensamos diferentes a la UTA”.

Vargas señaló que “la causa que nos pusieron es obstrucción de las puertas del ingreso y egreso del galpón, lo cual no fue así; nosotros no bloqueamos la salida, fuimos al lugar, pero no salimos a trabajar, los compañeros directamente no salieron”. En ese sentido, explicó que “es lo mismo que está haciendo el gremio estos días, pero ellos no tienen ninguna consecuencia por esto”.

Además, detalló que “en La Nueva Fournier somos tres despedidos, en El Galgo hay dos, en General Belgrano cuatro, en Villa Gloria cuatro y dos en Limón SRL”. El chofer apuntó contra César González y los empresarios: “En cada paro de la UTA se busca el beneficio del empresario. Cuando pasen estas medidas, el beneficiado va a ser el empresario, seguro van a tener un aumento de subsidios o del boleto, algo están pidiendo”.

Aseguró que esta vinculación se da “desde la pandemia” y que “siempre el perjudicado es el trabajador y el usuario”. También denunció que hay falta de democracia interna dentro de la UTA, ya que “los delegados nuestros son elegidos democráticamente, pero el gremio no los reconoce porque piensan diferente”. Aseguró que en aquel momento “los delegados nos apoyaron, ellos convocaron a los compañeros a que decidan”.

“A ellos les hicieron denuncias, no los pueden echar porque tienen fueros”, explicó. También afirmó que “hubo elecciones en diciembre 2022, se presentaron dos listas, una a dedo por el gremio y otra que fue elegida por sus compañeros. Como no tienen el mismo pensamiento que el señor González no les dan voz ni voto en el gremio”. “Nosotros exigimos la reincorporación, que se levanten las denuncias a los compañeros con causas penales, que se deje de perseguir y hostigar a los compañeros que piensan diferente”, enfatizó.

A la vez que agregó que “está todo por la vía legal en la Secretaría de Trabajo”. Finalmente, sobre el conflicto crónico del transporte público en la provincia, indicó que “hay muchos compañeros que piensan que la solución sería la estatización del transporte”, una medida que “se propuso acá y no se sabe qué pasó”. Lo cierto es que, escuchando las constantes quejas por parte del sector empresario, les recomendaríamos que pongan una rotisería.

De la misma manera que, ante las frecuentes pérdidas, desde Tucumán Despierta nos preguntamos: ¿Quién labura en una actividad que no da dinero? No nos mientan más. E invitamos a Jorge Berretta a que deje de victimizarse ya que cada vez que quieren un nuevo aumento, comienzan con el lloriqueo. Es por ello que cabe hacerse otra pregunta ¿Acaso todo lo vivido en estos días es la antesala de un nuevo aumento del colectivo que se vendría en los próximos días?

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