Sergio Massa le pidió a Wado De Pedro que sea el jefe de su campaña presidencial. La decisión, si es que el ministro del Interior acepta, le servirá al oficialismo para dar una señal de que comenzaron a cerrarse las heridas abiertas cuando la vicepresidenta le ordenó bajar su candidatura a De Pedro en beneficio de la del ministro de Economía.
A Sergio Massa, en cambio, mostrar a Wado De Pedro acompañándolo en la campaña le permitirá transmitirles a los votantes kirchneristas que él está decidido a mantener su cercanía con Cristina y Máximo Kirchner, al menos hasta que llegue la hora de votar. El ministro de Economía camina desde hace cuatro años sobre una línea angosta.
La cual lo obliga a hacer equilibrio entre el kirchnerismo y el perfil antikirchnerista que había construido cuando se alejó de Cristina. En las próximas semanas, esa sutileza quedará descartada: en su campaña hasta las PASO, Massa intentará borrar su individualidad y centralizar su campaña en la unidad del oficialismo, una característica que no existió en los cuatro años de gestión.
Por eso mismo, Massa no tendrá logo propio y toda la campaña estará centrada en los símbolos de Unión por la Patria, la nueva marca del Frente de Todos. Massa quiere aprovechar en la campaña la idea que sostuvo en los días de vértigo del cierre de listas: la pelea por conseguir la unidad.
La semana próxima, el ministro anunciará una rebaja del pago de Ganancias para los asalariados y la siguiente participará junto a casi todo el Gobierno de la inauguración de uno de los tramos del gasoducto Néstor Kirchner. Esa obra ya está lista desde hace diez días, pero el oficialismo decidió retrasar el acto para que lo pueda usar el candidato para la campaña.
Massa seguirá trabajando con el gurú de campaña Antoni Gutiérrez-Rubí -un hombre que conoce a Cristina desde 2017- y su equipo coordinará las actividades con las diferentes partes que integran UP, y que suelen funcionar como secciones completamente separadas. En estos días están buscando un edificio para instalar el búnker de campaña, porque no quieren repetir los espacios usados en las elecciones que perdió el oficialismo.
Con esa imagen de unidad, Massa buscará llegar a los 30 puntos que marcan el piso histórico del peronismo. Si eso ocurre, podrá decir que el oficialismo no quedará tercero en las elecciones generales y fuera del balotaje, el temor que enunció la propia Cristina en varias de sus últimas intervenciones.
