Ya en la piel de candidato presidencial, Sergio Massa decidió obviar aquella sonora negativa de Daniel Scioli en ese 2013 en el que se frustró una posible alianza común contra el kirchnerismo y lo recibió con una sonrisa, en la explanada del Ministerio de Economía. “¿Qué hacés, papá?”.
“¡Un gusto verte!”, contestó Daniel Scioli, igualmente diplomático, dispuesto a olvidar el “abrazo de oso” de agosto pasado, cuando su rango de ministro de Desarrollo Productivo fue degradado a secretaría por orden de quien hoy le abrió las puertas del ministerio y lo hizo pasar con un gesto cordial.
Ninguno de los dos ahondó en los disensos recientes, vinculados con la candidatura a presidente por Unión por la Patria, que quedó para Massa.
Sin dejar del todo de lado las diferencias que los separan desde hace rato, Massa y Scioli escenificaron en el frío mediodía porteño otra foto de unidad, tal vez la que faltaba en el camino del Gobierno para intentar mostrar que pese a las peleas y choques que se dan a la luz del día, la coalición oficialista está unida para encarar el difícil proceso electoral que se avecina.
La reunión, que duró una hora y quince minutos, arrancó noventa minutos después de lo planeado. “Daniel llegó antes, el que tardó fue Massa”, comentaron cerca del embajador en Brasil, que debió esperar en un auto hasta que le avisaron que el tigrense había llegado, y estaba todo dispuesto para la foto. El encuentro fue anunciado ayer, de modo sorpresivo, por la vicepresidenta Cristina Kirchner, que recibió por separado a ambos en su despacho del Senado.
Ni Massa ni Scioli -a quien los periodistas esperaron en vano en la puerta de la calle Yrigoyen- hicieron declaraciones al salir del encuentro. Massa partió raudo en helicóptero a un acto en San Andrés de Giles, mientras Scioli adujo una visita al médico para esquivar las preguntas. “Hablaron de todo, mirando hacia adelante”, dijeron cerca del ex motonauta con lógica sciolista, y agregaron que Scioli seguirá en la embajada de Brasil hasta el fin del mandato pero con una “agenda reforzada”, con terminales en Buenos Aires y Brasilia.
“Me reuní con el embajador @DanielScioli para potenciar las relaciones diplomáticas bilaterales que, por más de 200 años, unen a Argentina y a Brasil económica y culturalmente. Gracias Daniel por comprometerte y trabajar por la unidad”, escribió Massa en sus redes sociales. Sin entrar en detalles de la interna, afirmó, sobre la reunión: “Avanzamos en el fortalecimiento de los mecanismos para la exportación de bienes brasileños, en la exportación de energía eléctrica argentina y en el financiamiento de insumos para la construcción de la segunda etapa del Gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá a nuestro país vender el gas de Vaca Muerta a la región”.
El tono fue “cordial” y no hubo discusiones, según agregaron cerca de ambos protagonistas, que estuvieron a solas en el quinto piso del Ministerio de Economía. Fue esa cartera la que finalmente comunicó de modo oficial lo conversado, centrada en la relación económica con Brasil.
“Se trabajó sobre los asuntos bilaterales entre la Argentina y Brasil, como la financiación para las exportaciones de energía eléctrica; de exportaciones para la construcción del Gasoducto; y el mecanismo de financiación para la exportación de bienes brasileños”, comenzó el escueto comunicado. Y agregó que “el ministro y el embajador dialogaron sobre el régimen de alerta de importación ante eventuales situaciones de problemas sanitarios en frontera; y el proyecto del Puente Santo Tomé – São Borja y el centro unificado de frontera”. No contaron si se habló de la negativa de Massa a competir con Scioli en una interna, un mecanismo con el que el embajador en Brasil insistió (con el aval del presidente Alberto Fernández) hasta un día antes del cierre de listas.
