La conmemoración del 338° aniversario del traslado de San Miguel de Tucumán desde Ibatín a su actual emplazamiento y del día de su Santo Patrono, San Miguel Arcángel, será el marco en el que la gran estafa de Germán Alfaro quedará al descubierto. Y es que es precisamente para esa fecha en cuestión que se prepara lo que será la mal llamada inauguración del Palacio de los Deportes el próximo 29 de septiembre.
Esto se debe al hecho de que, en los últimos meses, la Municipalidad construyó un nuevo techo, con cielorraso de madera, cubierta de chapa y canaletas para evitar filtraciones de agua, asentado sobre una estructura metálica que recibió un tratamiento especial para protegerla de la corrosión y prolongar su vida útil. Pero el problema es que la promesa (nuevamente fallida) del alfarismo pasaba por un compromiso muy diferente.
En febrero de 2018, el intendente de la Capital, que atravesaba el último año de su primer mandato, había anunciado con bombos y platillos un proyecto para transformar el Palacio de los Deportes en un “Centro de Espectáculos Polifuncional”, con capacidad para más de 9.000 personas, equipado con anfiteatro, campo deportivo, pista de salud, juegos infantiles, bares, área de entrenamiento para los atletas y estacionamiento.
El anunció ocurrió un 20 de febrero, en lo que hace a la Dirección de Planificación Urbanística Ambiental municipal, ubicada en la calle General Paz 576, donde el por entonces subsecretario de Planificación Urbanística Ambiental del municipio capitalino, Luis Lobo Chaklián ─que presentó su renuncia en noviembre del año 2020─ le mostraba los planos y detalles de la obra que nunca llegó a concretarse.
“El intendente Alfaro nos pidió un proyecto para poner en funcionamiento el espacio del ex Palacio de los Deportes que se encuentra dentro del parque 9 de Julio, y con el equipo de Planeamiento Urbano municipal hemos desarrollado un plan que tiene muy buenos resultados desde el punto de vista arquitectónico y está prácticamente listo”, contó el exfuncionario tras la presentación en aquella ocasión.
Donde aprovechó para destacar que “se logró duplicar la superficie utilizable y triplicar la capacidad para la cantidad de espectadores”. Además de interiorizarse de los detalles de la obra y ver los planos, Alfaro aseguró que el municipio estaría “llamando a licitación a fines del mes de marzo” de ese año. “Las obras incluyen ampliar la capacidad del edificio para que asistan aproximadamente 9.200 personas”.
“También tendrá un salón climatizado con escenario movible, que no sólo será deportivo, sino también se presentarán actividades artísticas y culturales y espectáculos de nivel internacional”, detalló durante el acto de presentación del que participaron el concejal Rodolfo “Jhonny” Ávila; el por entonces secretario de Gobierno, Walter Berarducci; el subsecretario de Prensa, Juan Pablo Durán y el subsecretario de Economía y Hacienda, Carlos Gómez.
El caso es que Germán Alfaro jugó con un viejo anhelo de los tucumanos cuando hasta se insinuó que era en el 2018 el año en el que podría concretarse la proyección de la recuperación total del Palacio de los Deportes cuando se aspiraba a reconvertir el edificio ubicado en el Parque 9 de Julio en un “Centro de Espectáculos Polifuncional”. De esta manera, la gestión del intendente Germán Alfaro busca dejar atrás uno de los emblemas del abandono y la desidia en la ciudad.
Desde su inauguración, el Palacio de los Deportes funcionó de forma intermitente y tuvo largos períodos de abandono; a lo largo de este tiempo, distintas gestiones intentaron remodelarlo, aunque sin éxito. Lo cierto es que dentro de esta penosa historia ahora también se inscribe el alfarismo que trata de venderle a la sociedad gato por liebre luego de que malgastara el dinero del erario público.
Para finalizar, cabe preguntarse: ¿Por qué se toma con tanta “normalidad” la falta de cumplimiento de las promesas por parte de Germán Alfaro? ¿Por qué buena parte de la prensa “blinda” el pésimo manejo de lo público de parte del intendente capitalino? ¿Cómo es posible que intente vender como la gran obra algo que en realidad no es más que un poco de maquillaje barato que de todos modos les costó una fortuna a los vecinos de la ciudad?
