Durante el fin de semana, existía el interrogante acerca de qué decisión tomaría el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro en lo que hace a acatar la disposición del COE de implementar el horario corrido en los establecimientos comerciales. Sin embargo, ayer lunes quedó claro que, finalmente, decidió no adherir a la iniciativa y mantener vigente el actual horario cortado.
De esta manera, desde la Municipalidad de la Capital confirmaron que no acatará lo establecido por el COE, que había anunciado el horario corrido de atención de 10 a 19. Es por ello que Alfaro optó por defender los intereses de los empresarios antes que el de los empleados de comercio que se exponen a diario a contagiarse de coronavirus teniendo que realizar cuatro viajes diarios en colectivo.
De todos modos, una vez más Alfaro no dio la cara y mandó a uno de sus funcionarios a confirmar que su gestión optó por dejar a la buena de Dios a los empleados de comercio justo en el departamento más afectado por la segunda ola de coronavirus. Este lunes, Rodolfo Ocaranza, secretario de Gobierno municipal, fue quien confirmó que no adherirán a lo establecido por el COE.
Una vez más, la postura del intendente capitalino va en la dirección contraria a la que esperaban los trabajadores del comercio, que conforman la inmensa mayoría de los empleados privados en una provincia en la cual el empleo público es enorme. Pero el intendente prefiere privilegiar a los empresarios a pesar de que están incumpliendo con lo firmado con los trabajadores y desoyen las recomendaciones nacionales y provinciales.
Cabe señalar que no es la primera vez que Alfaro hace esto, por el contrario, su indolencia queda reflejada en la luz verde que les brinda a los empresarios del transporte a los que no está dispuesto a quitar las licencias a pesar de que su ineficiencia la terminan pagando los propios vecinos de San Miguel de Tucumán, que nada les importa al mandatario municipal con tal de privilegiar a los empresarios.
Lo mismo ocurre con los trabajadores del Mercado del Norte que hace más de un mes fueron desalojados con la promesa de que se les daría una pronta solución. El tiempo transcurrido no hizo más que sepultar toda esperanza que puedan haber albergado en sus corazones los comerciantes y empleados de los locales del Mercado del Norte. El edificio sigue intacto y la gente ya no trabaja en sus puestos.
¿Acaso se los prometió Germán Alfaro a algunos empresarios amigos? Ese temor crece día a día entre quienes no se resignan a abandonar para siempre la idea de jamás volver al Mercado del Norte. En definitiva, al intendente capitalino no le importan ni los empleados de comercio, ni los trabajadores del Mercado del Norte, ni los vecinos afectados por la falta de transporte. Los únicos beneficiados de su gestión son los empresarios.
