La política se parece a esos productos que cíclicamente aparecen con la etiqueta “Nueva fórmula mejorada”, promesa que conlleva el reconocimiento de la mediocridad precedente. Lejos de revertir la desconfianza en la política, las candidaturas no saben comunicarse sin desmerecer al resto. Ese es el caso del intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, algo que quedó más que claro luego de su discurso de las últimas horas.
Y es que el mandatario municipal lanzó el pasado sábado su precandidatura a senador nacional y presentó a los miembros de la lista de Juntos para Construir, pero tal parece que sufre de amnesia oportunista y parcial debido a que se olvidó de sus orígenes. Esto se debe al hecho de que Germán Alfaro lanzó la campaña ‘Juntos’ con la sola intención de construir lisas y llanas mentiras.
Y es que la intención del intendente capitalino es hacerle creer a la población que la lista de la familia Alfaro y su señora son una alternativa al senado. Esta es la alternativa de quienes no tuvieron coherencia y hablan como si no tuvieran pasado. Todos saben que nació en Amalia y se olvidó de sus orígenes. Esto se debe al hecho de que el intendente que se olvidó de la periferia de la ciudad y busca el voto del centro volviendo al partido que había traicionado.
Y es que el nefasto y oportunista cálculo de Germán Alfaro, pasa por el hecho de que está pensando que la debilidad del radicalismo le abrirá la puerta para perpetuarse en el poder porque desde 1995 fue concejal electo por el peronismo. Entonces trata de hacerles creer a la sociedad de que él y su esposa son la renovación cuando formaron parte toda su trayectoria del PJ que ahora desconocen.
Sin ir más lejos, cabe recordar que cuando Germán Alfaro se convirtió en legislador, fue el primero que se jactaba de apoyar a José Alperovich como gobernador. Sin embargo, el intendente capitalino ahora tiene la caradurez de olvidarse de su pasado y hasta de criticar al gobernador, luego de que lo ayudaron para conseguir fondos para luego mostrarle a la sociedad la plaza de la vergüenza.
Además, es necesario mencionar que la realización de las obras de refacción de la plaza Independencia se encuentran todavía en el ojo de la tormenta. Y es que se trata de una obra controvertida por la cual se gastó una demencial cantidad de dinero y se produjo una demora incomprensible, dos hechos por los cuales deberá responder ante los integrantes del Concejo Deliberante.
En definitiva, en su discurso del pasado sábado, Germán Alfaro parecía más bien un extraterrestre, porque quiso hacerle creer a los votantes que nunca estuvo en la órbita del peronismo. Y es que, al igual que el kirchnerismo, para el intendente de la capital la culpa siempre es del otro y entonces decide no hacerse cargo de nada. ¿Le dará la oportunidad la sociedad tucumana de que los siga engañando?
